Victoria y Daniel de Suecia coronan su enlace con el banquete nupcial en el Palacio Real
El rey Carlos Gustavo: 'Quiero dar al Príncipe la bienvenida en nombre de mi familia.

Los recién casados coronaron su noche de bodas con una fiesta. El Palacio Real, escenario preferido de la Familia Real sueca para los grandes acontecimientos, albergó en el Salón de Estado, y en las tres salas contiguas, el banquete nupcial de los príncipes Victoria y Daniel. De los 1.200 invitados que acudieron a la ceremonia religiosa sólo la mitad, debido a los problemas de espacio de palacio, asistieron también al convite. Los primeros entraron al comedor sobre las 19:30 horas y los últimos, los invitados reales de mayor rango y los miembros de la Familia Real sueca, pasadas las 20:00 horas. Los Príncipes de Suecia -Daniel luciendo por primera vez las insignias (condecoración y banda azul claro) de caballero de la orden de Serafín- hicieron su entrada a las 20:15 de la noche en un engalanado salón donde les esperaban en pie todos sus invitados ya acomodados.

El dulce y delicioso punto final al banquete nupcial fue una tarta blanca, grande y sabrosa. El pastel de bodas con forma de trébol de cuatro hojas contaba con 11 pisos y más de 3 metros de altura, 250 kilos de peso y el 95 por ciento de los ingredientes eran orgánicos: crujiente de chocolate blanco, crema de almendras y mousse de fresas silvestres y champagne. Los recién casados cumplieron también con la tradición de partir juntos mano a mano el primer trozo de tarta. Los niños invitados corrieron hacia la novia y presenciaron en primera línea el momento, tras el cual la princesa Victoria bromeó con los pequeños. Todos tenían ganas de fiesta. Y los recién casados lo demostraron. Abrieron el baile con el tradicional vals, que reinventaron con una breve y simpática coreografía introductoria ad hoc para la ocasión. Se sumaron compases después los Reyes de Suecia, que bailaron ya la versión clásica, y a continuación salieron a la pista los padres del príncipe Daniel. Y después todos los demás. El broche de oro musical corrió a cargo de la Real Filarmónica de Estocolmo, dirigida por Gustaf Sjökvist, que amenizó la velada; del coro Romeo y Julieta; del grupo sueco Roxette, favorito de la Heredera; de Cotton Club y de Carola.







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