Victoria de Suecia y Daniel Westling ya son marido y mujer
La llegada de la novia, el rito de los anillos, el 'sí quiero', las lágrimas del novio, la salida de los recién casados... Todos los detalles de la ceremonia religiosa de los 'novios de Suecia'
Daniel Westling llegó a las 15:25 a la catedral de San Nicolás de Estocolmo para poner el final feliz a su particular cuento de hadas. Una historia de amor de siete largos años con la princesa Victoria que hoy culmina con una histórica Boda Real, el primer enlace del siglo en el país escandinavo y las primeras nupcias de una Princesa heredera en el reino. Recorrió con paso firme la alfombra azul que conducía desde el Palacio Real al templo, acompañado por el príncipe Carlos Felipe, hermano de la novia. Tras saludar a sus conciudadanos congregados a la entrada de la iglesia, así como a los músicos y al coro infantil, irrumpió en el templo. Instantes antes, habían entrado los Reyes y la princesa Magdalena escoltados por los pastores que oficiarían la ceremonia religiosa: el arzobispo de Uppsala y máxima autoridad de la Iglesia luterana sueca, Anders Wejryd, el obispo emérito Lars-Göran Lönnermark, el deán Åke Bonnier y la obispo de Lund, Antje Jackelén.
Victoria de Suecia no le hizo esperar. La novia, blanca y radiante con una creación de Par Engsheden y la tiara y el velo que llevó su madre, la reina Silvia, en su boda en 1976, descendía puntualísima del coche. Daniel esperaba contenido su llegada, mientras su futuro cuñado le miraba con complicidad. Ante los acordes nupciales, la princesa Victoria entró en la catedral, como era su deseo, del brazo de su padre, el rey Carlos Gustavo. Les precedían los siete pajes y damitas de honor más pequeños -ellas con vestidos blancos de manga corta y zapatos de bailarina y ellos con trajes marineros, una tradición en la familia Bernadotte- y tras ellos las tres damas mayores. El novio recibió a mitad del trayecto a la princesa Victoria con una caricia y juntos -consintiendo así al sector más conservador de la sociedad sueca que consideraba una costumbre ajena a la tradición del país y de corte machista que la Princesa se dirigiera al altar con el Rey en lugar de con su futuro esposo- completaron la última parte del recorrido hacia el altar saludando con leves inclinaciones de cabeza a los invitados de menor rango y saludos más reverenciales a los Reyes de Europa.
........................................................................................................................................................................................

0 comentarios:

Publicar un comentario